Los magistrados de la juventud en Sierra Leona se encuentren con muchos menores que han cometido delitos leves. De todos estos niños detenidos en la Prisión Preventiva de Freetown y en la Escuela de Aprobación, un 53% y un 47% respectivamente, habían cometido un simple delito de robo. En el distrito de Kenema, el 51% de los casos de magistrados de la juventud son delitos leves. Aquellos a los que se detiene pueden permanecer retenidos un mes o incluso más, y no hay obligación legal de notificar a los padres sobre la situación de sus hijos. Los abogados y defensores, que tendrían el rol de impedir la detención, solo aparecen en un 35% de los casos; a su vez, la mayoría son declarados culpables, independientemente de la acusación o de la veracidad que haya en ella, con la falsa creencia de que esto paliará su sentencia.
No se tienen en cuenta los intereses superiores del niño. Puede verse un gran número de jóvenes que pierden sus años más vitales por haber cometido crímenes leves. En lugar de educarlos de manera que aprendan de sus errores y que entiendan lo qué puede o no hacerse en la sociedad, se les arroja a espacios que los hacen más propensos a cometer crímenes más graves, además de exponerlos a más riesgo de abusos y violaciones de sus derechos humanos.